Formación en Benicàssim

Primer día en la oficina después de la formación en Benicàssim. La semana ha pasado volando, aunque los días pasaron lentos por las muchas actividades que teníamos durante el día. Ha sido muy intenso. De hecho, nos han dicho que éramos el primer grupo después del COVID a hacer la formación de manera presencial y eso claramente ha mejorado todo, primero porque estábamos enfrente de la playa, y segundo porque las actividades han sido de participación activa y no pasiva. 

Las actividades se referían al mundo del voluntariado, que significaba para nosotros y nos explicaban todo el entorno CES, con nuestros derechos y nuestros deberes. El segundo día nos hablaron de todos los actores implicados en el proceso y relacionados con el voluntario, y nos dimos cuenta de que son un montón: a partir de las organizaciones de envío y de acogida, hasta las agencias nacionales.

La verdad es que lo mejor de todo no han sido los compañeros, los cuales han sido muy amables y de hecho se ha creado un buenísimo ambiente en el grupo, sino los tutores. Ellos han sido lo mejor de todo porque han vuelto nuestra experiencia en algo interesante, con actividades en grupo que nos han permitido conocernos y a la vez poner en práctica nuestra creatividad con tareas que requerían manualidad y fantasía. Hemos escrito carteles sobre los temas de Erasmus+ y CES, dibujado, grabado videos que nos han hecho morir de risas, participado en talleres que tenían el objetivo de ayudarnos a gestionar crisis y mejorar nuestra comunicación. Encima los tutores eran majísimos y se notaba que aunque no nos conocían desde hace mucho, se preocupaban por nosotros y les importaba un montón que nuestra experiencia de voluntariado saliera bien. 

Al final de la semana, cuando nos despedimos, se me cayó una lágrima por dejar a los tutores y mis nuevos amigos voluntarios. Eso porque nos abrimos entre nosotros y hemos compartido nuestras historias de vida, las cuales no siempre han sido muy fáciles, como en los casos de los voluntarios de Georgia, Armenia y Turquía, que solo para conseguir el visado han tenido que pasar mucha movida. Ya hemos quedado para salir e iremos a visitar a los que viven en Gandía o en los otros pueblos en las afueras.




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